Ella abre no solo las puertas de tu vida, sino las de tu alma. Fui a dar con ella por curiosidad personal. Quise ver cómo se cargaban unos cuarzos según su sistema y me acogió como a una de la familia. No solo he aprendido a llevar mejor mi vida, sino que he recordado lo que es realmente amar de verdad, tanto a ti mismo, como a todos los que nos rodean. Sin darte cuenta, se convierte en tu filosofía de vida que, tarde o temprano, tu propio espíritu te pide volver a verla…es incondicional, leal pero sobre todo, una sanadora de otro planeta…y es tan humilde, que ni ella lo sabe! Ha sido un crecimiento personal maravilloso a su lado!
(Tegueste. Tenerife).