Llegué a Mariló, un 12 de octubre de 2019, a través de una muy buena amiga mía que me encaminó hacia donde yo quería llegar hacía mucho tiempo. Fue una experiencia maravillosa, que todavía hoy revivo todos los meses.

El encuentro con ella fue especial, sobre todo por la paz, serenidad y calma que me transmite, valores tan preciados en estos días.

Su sabiduría es inmensa,  un auténtico libro abierto que siempre está dispuesta a ayudar. Eternamente agradecida. Namasté.

(Tegueste. Tenerife).

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